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7 ene 2010

Socialismo sentido, socialismo real (Carta a un titiritero 1)

Tras su exposición, en la que se refirió a los fines eminentemente prácticos del socialismo, como movimiento obrero, me quedó claro que el socialismo real es bastante menos intenso que aquél que siento.

Sin embargo, me gustaría ahondar en una cuestión. Aclarar mi postura al respecto. Usted añade que todos los movimientos políticos que mencionamos -conservadores, liberales y socialistas- "nacen desde lo más hondo". Desde mi visión, sólo los movimientos de izquierdas se gestan en lo más hondo del Ser; como una intuición de la "esencia" del Hombre. Si bien, cuando la "intuición" se vierte, finalmente, en "ideología", y ésta se desliga de su fuente primera, que es la intuición trascendente, se corre, entonces, el riesgo de cometer verdaderas atrocidades e injusticias en pro de esta "ideología". A la Historia me remito. Todas las "visiones" políticas nacen, sin duda, de un movimiento "interior" "ideológico", que trata de organizar a la sociedad. Pero el socialismo lo hace, además, desde la esencia misma del Hombre, como sentimiento, que, finalmente, tomará forma mediante el desarrollo de éste en un tipo de filosofía de vida que aspirará a organizar la sociedad.; la dogmatización de dicho pensamiento derivará en peligrosa "ideología", sin duda. El estanilismo-lenilismo es evidente prueba de ello.
Y siento que sólo el socialismo (y movimientos similares) nace desde una profundidad que no llegan a alcanzar ni conservadores ni liberales, porque entiendo que "el movimiento de plena apertura hacia el otro", "hacia el pleno encuentro con el otro en igualdad de condiciones" -como el fundamento del sentir socialista- sólo puede ser llevado a cabo mediante el sentimiento más hondo -primero y básico- que existe en el Hombre; el de la Igualdad (como manifestación de la Bondad). Y esta "igualdad sentida" es un sentimiento que es, simultáneamente, hondo, primero y elemental, porque ésta (igualdad) es lo único que queda en el Hombre cuando él mismo se desprende de todo lo demás; esto es, de toda idea, pensamiento o representación mental o intelectual que mediante "la opinión" nos "divide". Antes que cualquier "idea fragmentaria aprendida", que se nos aparezca en el intelecto y que cataloga al Hombre en "clases de hombres", sólo existe el Hombre "esencialmente" igual a otro Hombre. Y esta experiencia viva de re-conocimiento y preeminencia de la esencia igual de todo Hombre, esta cognición en forma de "igualdad indescriptible", es el sentimiento más hondo y el pilar de la ideología socialista; ésta es su raíz -la mayoría no se da cuenta-. Por esto, el Socialismo nace desde lo más hondo; pues se gesta en este sentimiento no-creado de Igualdad tremendamente vivo y experencial sobre el que, más tarde, se construye (se crea) cualquier "interpretación fragmentaria" o "visión del mundo" que nos impide ver esta igualdad anterior.
Por otro lado, el sentimiento de "sentirse élite moral" de los conservadores, así como "el sentimiento de individualismo extremo o egocentrismo radical" de los liberales, son sentimientos, ambos, que nacen de pensamientos predominantes que vienen a tomar la forma de "yo me siento distinto al resto y, por esto, especial". Estos sentimientos, por nacer de un pensamiento previo son, por tanto, sentimientos posteriores a éste primero e "innato" o no-creado -el de Igualdad-, que es anterior a pensamiento alguno; en el que "todos los hombres son el mismo Hombre" por medio de una igualdad que es sentida y no-pensada. Tan sólo "la diferencia" primero se piensa y luego se siente. "La igualdad" -la esencia igual de todo Hombre- primero se siente, como una emoción, y luego se piensa o se conceptualiza. Sólo evocar el amor a unos padres, a unos hijos, a una pareja, a unos amigos,... para darse cuenta de que este sentimiento que nos "iguala" humildemente a ellos mediante la unión afectiva, es anterior a cualquier pensamiento. Por otro lado, por ejemplo, no somos "esencialmente" distinto a los Musulmanes, tan sólo nuestra cultura "aprendida y no-innata" nos piensa distintos a ellos del mismo modo que su cultura "aprendida y no-innata" hace que ellos nos piensen distintos a nosotros.
Las ideologías que no ahondan en este principio esencial del Hombre -el de la Igualdad sentida cuando la mente calla- son, por tanto, productos posteriores, que no nacen de esta experiencia básica y primera del sentimiento de Igualdad, sino que son previamente pensados (como, "yo soy distinto") para más tarde, ahora sí, ser sentidos (como, "yo soy -de alguna manera- mejor que el otro"; donde yo y el otro son generados por medio de esta "distinción"). Así, estas ideologías se "construyen" encima de este primero e innato sentimiento (de Igualdad), que no es pensado; ahogándolo. Como una capa de asfalto echada sobre tierra fértil.
Por ello, en última instancia, uno se siente élite moral (o de cualquier otro tipo) o tremendamente egocéntrico mediante un pensamiento que genera en el cerebro dicha imagen de uno mismo como alguien distinto y mejor; imagen que es posterior al estado anterior a cualquier pensamiento, en el que uno se siente simple y verdaderamente, Hombre ("esencialmente" igual a otro Hombre) o "el Hombre -como el ser consciente de sí- que hay en cada uno/a".
Por todo esto, este "sentir la Igualdad" es, como digo, lo más hondo, primero e innato gestado en todo Hombre que se atreva a desnudarse de todo lo restante -pensado/aprendido/interpretado/construido, en definitiva, mentalmente-

Sé que mi exposición puede resultar algo compleja, pero basta con liberarse de tanto ruido mental, de tanta especulación, en muchas ocasiones vana, basta con levantar el asfalto, que son los pensamientos, de la tierra fértil, que es la Conciencia, para re-conocer esto de lo que hablo. Y, una vez se ha re-conocido esto, por simple experiencia o por pura intuición, como lo que realmente somos, "Hombres y Mujeres esencialmente iguales", queda elaborar una teoría al respecto, primeramente de naturaleza filosófica, sin duda, pero que, más tarde, habrá de ser reelaborada en una teoría política cuya misión será la de ofrecer a los seres sociales que somos un modelo de organización social que refleje la idea (filosófica) que trata de expresar la esencia igual del Hombre (re-conocida, previamente).

Cabe, no obstante, la posibilidad de que mientras para mí esta argumentación en favor de lo que es más hondo y lo que no lo es, es toda una "experiencia viva" -reproducible por todo aquel que esté dispuesto a seguir las instrucciones adecuadas-, para usted, en el mejor de los casos, puede que no sea más que una mera especulación filosófica.

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