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4 ene 2010

Del método científico y del Determinismo o el Indeterminismo en ciencia

   Alguien comentó, en una de esas tardes de debate, que no es riguroso considerar a la Antropología y a la Sociología como ciencias, debido a la incapacidad predictiva que éstas presentan y a la naturaleza de sus objetos de estudio; esto es, las organizaciones humanas.
Y a mí me parece que la Antropología y la Sociología son ciencias, tan estrictas como lo sean la Física o la Biología. Al margen de la incapacidad de predicir con exactitud los eventos futuros y al margen de la naturaleza de sus objetos de estudio, tan alejados de los objetos de estudio de las ciencias físicas o biológicas, la Antropología y la Sociología han de ser consideradas como ciencias debido al método epistemológico, o método de búsqueda del conocimiento, usado; el cual es el mismo mismo en cada una.

   Pero, antes de entrar a describir de lleno este método epistemológico, idéntico en cada una de las disciplinas científicas, creo conveniente hacer una serie de anotaciones previas.
Así, entiendo que todo objeto captado a través de los sentidos, desde las piedras, pasando por los organismos, hasta las sociedades humanas, como eventos espacio-temporales que son, se relacionan, causalmente, en el tejido tetradimensional (3 d. espaciales + 1 d. temporal).
La Leyes que rigen esta causa-efecto son determinadas, descubiertas, entresacadas de entre el aparente caos por las “ciencias empíricas”, como ciencias que se dedican a la búsqueda del orden en los procesos captados por los sentidos; ya sea, esta aprehensión sensorial o captación a través de los sentidos, a simple vista o a través del microscopio o del telescopio. Por tanto, cuando nuestra percepción nos informa de la realidad cambiante de “ahí fuera” -nuestro entorno- y nuestra mente quiere ordenar toda esa información de forma coherente, entonces ya estamos haciendo “ciencia” empírica o, al menos, lo estamos pretendiendo; depende de nuestra preparación al respecto. Y digo “depende”, porque desde el discurso puramente epistemológico -que hace referencia a los fundamentos y métodos del conocimiento-, habría que seguir una serie de pasos para que nuestra investigación sea considerada como científica (al margen de cuales sean nuestros objetos de estudio y de nuestra capacidad de predicción).

   El primer punto, entonces, a elaborar en toda búsqueda de la verdad científica (empírica), sería el de “la ejecución del método prescrito o método consensuado por la comunidad científica” para la recogida de datos.
En este sentido, la Física tiene el suyo, la Biología el suyo, la Antropología el suyo... muy similares todos en cuanto a su estructura, si bien, la naturaleza de la información o datos obtenidos será bien distinta. Así, la Física estudia la materia, la Biología estudia la Vida y la Antropología estudia las relaciones sociales elaboradas por las mentes.
Por tanto, hasta aquí tenemos, que tanto el que va a estudiar choques de objetos en una pista habilitada a tal efecto, como el que hace un cultivo de células en el laboratorio, como el que viaja al Amazonas para convivir con aborígenes, está formado en el método de recogida y ordenación de datos prescrito por su comunidad de estudiosos concreta.

   El segundo punto a desarrollar en todo método científico, es “el procesamiento de los datos obtenidos” en la pista de pruebas, en el laboratorio o en el trabajo de campo llevado a cabo en la comunidad humana objeto de estudio. Y tras la revisión de los datos y la relación de éstos entre sí, así como la relación de éstos con los datos obtenidos por otros colegas que se hayan dedicado al mismo proyecto, estaríamos ya en condiciones de elaborar teorías que traten de explicar el porqué de estas relaciones entre los datos obtenidos.

   Y sería en la tercera fase del método epistemológico, en donde se trabajaría “la falsabilidad de la teoría propuesta” por el experto físico, biólogo, antropólogo... Una teoría que éste habría elaborado, previamente, relacionando e interpretando los datos obtenidos. De forma que si no conseguimos refutar dicha teoría, mediante la recogida de nuevos datos en cuya variación se observen pautas que contradigan las anteriores interpretaciones, la mencionada teoría, por reconocerse en cualquier espacio y tiempo, desembocará en una Ley.
Éste es el sueño de todo científico; el de entresacar de las entrañas del Kosmos, una Ley.

   Con todo lo dicho, y de acuerdo con el método epistemológico que rige lo que es “ciencia” -o científico- y lo que no lo es, creo que ya estamos en condiciones de decir que las “ciencias de las organizaciones humanas” son, efectivamente, “ciencias empíricas”.

   Argumentando, por otro lado, que una ciencia que sea digna de denominarse como tal, habría de tener la capacidad de predecir con exactitud eventos futuros, se determinó en aquel momento que estas "ciencias de las organizaciones humanas" no deberían ser consideradas como tales, a causa de esta incapacidad de predicción; en contra de lo que les sucede a ramas del conocimiento como la Física, por ejemplo, que son totalmente predecibles, causales, lineales.
Y, efectivamente, la Física Newtoniana o Clásica es así: predecible. Pero sin ser físico, estoy en condiciones de aportar algo más... La Física Cuántica o Mecánica Cuántica -como ciencia que estudia el fundamento de la materia- es considerada tan ciencia como la Clásica; hasta el punto que se podría decir que ambas, la Clásica y la Cuántica, explican la realidad de nuestro entorno, pero que la última lo hace con mayor grado de precisión que la primera. Y es esta última -la Cuántica-, precisamente, la que establece la “probabilidad”, como fundamento de la dinámica de la materia fundamental -esto es, las partículas subatómicas- Así, la Ecuación de Onda de Schrodinguer -que trata de definir la trayectoria, para cada tiempo, de una partícula dada, que sale de la zona A y se dirige a la zona B- nos dice que es “imposible” determinar la posición futura exacta de una partícula para cada tiempo “t”; y que lo único que podremos saber en relación con esto, son las “probabilidades” de hallar dicha partícula, en cada tiempo “t”, en las diferentes regiones del espacio, entre el punto inicial y final de su trayectoria. Por tanto, aquí la pregunta: “si un fotón sale del Sol y viaja hacia Madrid en línea recta a 300.000 Km/seg, ¿en qué punto de su trayectoria se encontrará cuando haya trascurrido 1 seg desde su salida?”, no tiene respuesta. A no ser, claro, que respondamos en términos probalísticos o, lo que es lo mismo, indicando la probabilidad de encontrar a la partícula en las diferentes regiones de la trayectoria, para ese tiempo dado.
El Principio de Incertidumbre de Heisenberg, por otro lado, viene a confirmar la impresión de “lo borroso” que se nos aparece en el intelecto cuando estudiamos el fundamento de la materia, al determinar, éste, que es imposible conocer, simultáneamente, en el laboratorio o acelerador de partículas, la posición y el momento lineal (velocidad y dirección) de una partícula dada; de manera que, cuando nos dispongamos a hacer la medición sobre la partícula observada en un instante dado, sucederá que tendremos que decantarnos por obtener su posición o por obtener su momento lineal, pero “nunca” por la obtención de las dos variables a la vez; como sucedería en la dinámica que atañe a los objetos que pueden ser captados por los sentidos, en donde estas variables si podrían ser obtenidas simultáneamente. Por lo que concluimos que no podemos definir los fenómenos físicos fundamentales, de forma plena.
Valgan este par de ejemplos para mostrar que la “capacidad predictiva” no es condición sine qua non, en la “ciencia”.

   Por tanto, las ciencias sociales, que también se expresan en términos probalísticos a la hora de hacer sus predicciones, son, por esto -y por el método epistemológico usado-, tan ciencias como la Física.

   Bien es cierto, que la sentencia de que “la ciencia ha de ser predecible” ha sido usada por algunos científicos, entre ellos Einstein. Y éstos han argüido, que si la trayectoria de la partícula no puede ser determinada con exactitud es porque hay “variables ocultas” que no pueden ser captadas por nuestros sentidos y, ni tan siquiera, por nuestros instrumentos de medición. Dictaminando, finalmente, por medio de un puro acto de fe, que esas variables, aunque ocultas, están; y, si tuviésemos acceso a ellas, la física cuántica sería tan predecible como la clásica. Por esto, Einstein, dijo: “Dios no juega a los dados”. Queriendo decirnos que lo probalístico, lo azaroso, no forma parte del fundamento del Cosmos.
Los descubridores de la Cuántica no defendían esta interpretación, sino la contraria: “el Universo es, fundamentalmente, indeterminado”.
Estas dos vertientes han dado lugar a numerosas especulaciones filosóficas, allí donde a la Física, por ahora, no le está permitido entrar. Pero esto es otra historia, que no es de aquí...
Lo que queda claro es que, en ningún momento, se le ocurriría a Einstein, ni a ningún otro científico, decir que la Cuántica no es ciencia, por no ser “determinista”. Ni a nosotros se nos debería ocurrir decir que la Antropología tampoco lo es, por la misma causa.

   Y pese a que Einstein creía enormemente en la Cuántica como ciencia, pasó toda la vida tratando de demostrar que "Dios no juega a los dados"; tratando, en definitiva, de encontrar esas variables ocultas que hicieran de la ciencia algo que se refiriera, definitivamente, a lo predecible; y no lo consiguió.
Pese a todo, "la teoría de las variables ocultas" continúa teniendo peso en la actualidad y muchos teóricos continúan buscándolas para determinar, finalmente, que la dinámica fundamental también es "predecible". Otros teóricos opinan que lo que los anteriores buscan, es más propio de una mente soberbia que no se resiste a dejar de ser Dios. ¿Determinismo o Indeterminismo? Con cuál quedarse... Tremendo Dilema... Personalmente, siento simpatía por pensar que el Indeterminismo siempre estará como telón de fondo del Determinismo. Pero el Kosmos continuará siendo escarbado, y estas "variables ocultas" podrán ser encontradas por científicos intrépidos, mediante la elaboración de un nuevo Paradigma; el cual traerá consigo, creo, sus "inherentes y nuevas variables ocultas". Así, el fondo se habrá tornado forma, tras la cual continuará habiendo fondo; un nuevo fondo a modo de nuevas variables ocultas. Y éste es, opino, el principal error del científico, que ha convertido la Ciencia en Ciencifismo al pretender que, algún día, conseguirá, ésta, atrapar al Todo en la Gran Teoría, sin llegar a intuir, en su delirio de grandeza, que "la Realidad no nos puede ser dada, racionalmente, de una sola vez".
El fondo indeterminado es el que permite la ciencia determinista; como el evento físico permite la objetivación/representación de éste. Así, la ciencia determinista siempre será una "representación de la realidad", pero nunca la Realidad en sí. Así, si uno quiere "representarse" adecuadamente el Mundo, habrá de estudiar ciencias empíricas, pero si lo que quiere es conocerlo de forma "directa" habrá de abandonar a los sentidos y hasta a la propia mente, y salir de la "caverna" y mirar directamente a la Luz del Sol, en lugar de a sus sombras y reflejos.

   Jugar con la mente a hacer mapas del Mundo, es cosa entretenida cuando se descubre que se es algo más que una mente que razona.

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