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27 nov 2015

Shikantaza, el descondicionamiento del pensamiento compulsivo

La meditación shikantaza (simplemente sentarse) propia del soto zen consiste, básicamente, en observar desapegadamente los pensamientos y las emociones en las que éstos derivan. Inicialmente, se llevará a cabo una introducción consistente en contar las respiraciones para aumentar la concentración por medio de la atención en el conteo. Superado este período introductorio se pasa a la observación desapegada de los pensamientos y las emociones en sí. Esta “observación desapegada” se va afianzando progresivamente conforme la “atención” se va sosteniendo a lo largo del tiempo de meditación y en la rutina de las meditaciones a lo largo de los días. Posteriormente, esta atención, como eje central de la meditación, habrá de ir extendiéndose a la cotidianidad de la vida personal. Hasta que, finalmente, la “observación desapegada” se termina asentando, una vez que el “músculo de la atención” se haya hecho lo suficientemente fuerte como para sostener a ésta en el tiempo. La realización satisfactoria de esta observación desapegada, por último, se traduce en una reducción considerable de la actividad mental y sus derivados emocionales. De manera que, la consecuencia última es que, básicamente, se piensa lo que tiene que ser pensado cuando ha de ser pensado (hishiryo); con todas las resultas psicoemocionales saludables que ello implica.

Pues bien, esta observación desapegada de los contenidos mentales y sus derivados que se persigue consolidar en uno mismo, usando como herramienta de trabajo la propia atención, es, en esencia, un procedimiento de interno descondicionamiento conductual. Mediante el que se pretende descondicionarnos de generar pensamientos incesantes y descontrolados, que derivan en juicios desmedidos y emociones exacerbadas; con todo lo psicológicamente beneficioso que ello conlleva.

Del mismo modo que el conductismo elabora, por ejemplo, técnicas de descondicionamiento o deshabituación de las fobias, podría, igualmente, elaborar técnicas de descondicionamiento o deshabituación del pensamiento compulsivo. El Buda ya desarrolló hace más de 2600 años una de estas técnicas, la cual continúa vigente hoy en día: la meditación vipassana que derivó en el shikantaza -en el zen-

En realidad, descondicionando a los mismos procesos del pensamiento elucubrador y compulsivo, el Buda manipuló la raíz misma de la conducta observable, pues actuamos en función de cómo pensamos. Así, modificando el modo en que se piensa, el Buda modificó la conducta del pensador.

3 comentarios:

  1. Si el lobo seguía siendo un Lobo. Un pensador descondicionado de la mente compulsiva_obsesiva con la conducta modificada sigue siendo un pensador. Un esclavo descondicionado, tiene que haber de todo en la plantación.

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  2. >esta observación desapegada de los contenidos mentales y sus derivados que se persigue consolidar en uno mismo, usando como herramienta de trabajo la propia atención, es, en esencia, un procedimiento de interno descondicionamiento conductual.

    Muy bien visto...

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  3. >Un pensador descondicionado de la mente compulsiva_obsesiva con la conducta modificada sigue siendo un pensador.

    Anónimo, unca hubo un pensador y seguirá sin haberlo, esa es parte de la enseñanza de Buddha que solemos olvidar. Simplemente el "aferrar-rechazar" queda progresivamente o súbitamente desconectado del pensamiento conceptual descontrolado.

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