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9 nov 2015

Zen y conductismo: dimensiones interior y exterior del hombre natural

El ser humano natural u hombre-tao (en el Taoísmo), es el ser humano cuya experiencia de vida no es velada por la elucubración mental y el intelecto. Como todo ser humano, y todo ser vivo, éste consta de dos dimensiones fundamentales: una interna o vital, vivenciada por uno mismo, y otra externa o conductual, observable por los demás.

El zen, mediante la metodología que le es propia, se ocupa del conocimiento experiencial de esa vitalidad interior que no es tocada por el pensamiento, que no es velada por el intelecto; lo hace desde uno mismo y en uno mismo.
El conductismo, por su parte, se ocupa del conocimiento intelectual de la dinámica de la conducta exterior -o manifiesta- que no es dirigida por el pensamiento; lo hace mediante la observación que uno mismo lleva a cabo en el otro.

Sin embargo, esa conducta automatizada, ejecutada sin que el intelecto intervenga, aprendida inconscientemente por medio de la reiterada experiencia, que se acomoda continuamente a las características del entorno, y que los conductistas observan siempre fuera de sí mismos -en el otro- para explicarla, predecirla y, más tarde, incluso, manipularla, ésa es la conducta inherente al hombre natural u hombre-tao; pero el conductismo aún no lo sabe.

Esa conducta espontánea, no-pensada, aprendida sin intención de ser aprendida, que estudia el conductismo es la que, esencialmente, guía al hombre natural, al hombre-tao; ese hombre simple como un animal y, sin embargo, majestuoso.

1 comentario:

  1. En el budismo se contempla 3 kayas o cuerpos de Buddha y que pueden relacionarse con el artículo.

    Nirmanakaya es su expresión en el mundo (exterior). Toda la forma de maestro realizado

    Sambogakaya es su vivencia interna. Toma la forma de gozo y nirvana.

    Dharmakaya es su esencia no manifestada (noúmeno). Más allá de toda forma y fuente de todas ellas.

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